La enfermedad de Alzheimer toma su nombre del neurólogo alemán Alois Alzheimer (1864-1915) que en 1906 observó cambios en el tejido cerebral de una mujer que había muerto, por lo que se pensó que era una enfermedad mental extraña. Estos cambios anormales en el tejido cerebral son conocidos como signos característicos de esta demencia.
¿Que es el alzheimer?
Según el CIE-10: La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad cerebral degenerativa primaria de etiología desconocida, cuyos rasgos neuropatológicos y neuroquímicos son característicos. Habitualmente este trastorno es de comienzo insidioso y después progresa lenta pero sostenidamente en un lapso de varios años.
El Alzheimer es una de las enfermedades que más abundan en la actualidad, con más de 46 millones de personas afectadas por demencia en todo el mundo, una cifra igual o superior a toda la población española. De seguir así esta tendencia, en 2050 habrán más de 130 millones de enfermos.
España es el tercer país del mundo con mayor prevalencia de la demencia tipo Alzheimer, el 6,3% de los españoles mayores de 60 años la padece, solo superada por Francia con el 6,5% e Italia con el 6,4%.
Síntomas del Alzheimer
Algunos síntomas que pueden anticipar un posible diagnóstico de Alzheimer son los siguientes:
- Pérdida de memoria que afecta a la vida cotidiana.
- Repetición de discurso.
- Dificultad para el diseño de planificación o resolución de problemas.
- Complejidad en la realización de tareas habituales en el hogar, trabajo y ocio.
- Confusión y desorientación espacio temporal.
- Problemas con el pensamiento abstracto y espacial.
- Problemas con el lenguaje hablado y escrito.
- Mover o cambiar objetos de su sitio habitual y olvidar donde están.
- Disminución del juicio e incapacidad para la toma de decisiones.
- Aislamiento laboral y social.
- Cambios de humor y personalidad.
El diagnóstico de Alzheimer es un proceso complejo que conlleva el estudio del deterioro de habilidades de memoria y razonamiento, estudio de cambios en la conducta y personalidad, descarte de otras enfermedades, análisis del estado mental, pruebas neuropsicológicas, entrevistas con familiares y amigos, análisis de laboratorio, pruebas de diagnóstico por imágenes del cerebro (RM, TC, TEP), lo que supone un largo proceso con un exhaustivo seguimiento hasta llegar al diagnóstico definitivo.
Etapas del Alzheimer
Desde su diagnóstico la persona que padece esta afectación pasará por varias etapas ó fases:
Fase 1. Fase preclínica
El deterioro cognitivo que existe es tan sumamente sutil y pasa tan desapercibido que ni siquiera es posible obtener un diagnóstico por parte de un médico, ya que podría decirse que el trastorno aún no existe como tal. Hasta que la enfermedad evolucione hasta la siguiente fase pueden transcurrir hasta 10 años. En esta fase el enfermo de Alzheimer llevará una vida totalmente normal. Es aquí cuando se recomienda cuidar el cerebro para retrasar la llegada de la siguiente fase lo máximo posible.
Fase 2. Demencia leve
Esta fase suele tener una duración aproximada de entre 1 y 3 años. En la misma comienzan a aparecer diferentes tipos de déficits cognitivos como problemas en el aprendizaje y en la memoria, así como alteraciones para manejar y comprender las ideas complejas y en el pensamiento abstracto.
El neurólogo es capaz de dar un diagnóstico de la enfermedad con los síntomas que posee el paciente. Es habitual que aparezcan síntomas de depresión, ansiedad, agitación, hiperactividad, así como apatía.
Fase 3. Demencia moderada.
Suele tener una duración que oscila entre los 2 y 10 años. Los cambios cognitivos y emocionales de la fase anterior se acentúan, haciéndose mucho más llamativos y evidentes. Es habitual que hagan acto de presencia déficits o síntomas como la desorientación temporal y espacial, problemas de memoria, dificultad para encontrar palabras, problemas en la comprensión de ideas y conversaciones, etc..
Por norma general, esta fase suele venir acompañada de lo que se conoce como anosognosia, o lo que es lo mismo, negación por parte del paciente de que tiene fallos en la memoria. También se hace patente la incapacidad por parte el sujeto para realizar actividades de la vida diaria de manera independiente, sin ayuda, como antes solía hacer. Es habitual la aparición de síntomas psicóticos como pueden ser los delirios, alucinaciones, apatía e incluso agresividad.
Fase 4. Demencia grave o severa.
La última de las fases del Alzheimer es la fase 4, fase en la cual el deterioro cognitivo y comportamental es realmente severo y notable en todos los ámbitos de la vida. La duración de esta fase de la enfermedad oscila entre los 8 y 12 años. Estos pacientes no son capaces de valerse por si mismos y necesitan de sus familiares o cuidadores para poder realizar tareas básicas cotidianas que antes realizaban por si mismos como comer o caminar.
Necesitan de supervisión y cuidados permanentes. Es muy habitual que estos pacientes terminen quedando limitados a moverse en silla de ruedas o bien postrados en la cama, sin que tengan control sobre los esfínteres (incontinencia fecal y urinaria).
En muchos casos necesitan de alimentación asistida.
Muestran numerosos síntomas neurológicos de gran gravedad como la pérdida para hablar y comunicarse. En esta fase es común que aparezcan temblores y crisis epilépticas.
Tratamiento Alzheimer
Actualmente hoy día no existe una cura para la enfermedad de Alzheimer, siendo la conjunción de tratamiento farmacológico y no farmacológico el abordaje más adecuado para ralentizar el avance de la enfermedad y el proceso degenerativo.
El tratamiento farmacológico será prescrito por el neurólogo encargado del diagnóstico y será una competencia médica que requerirá de un seguimiento del caso que conllevará diversas revisiones en el tiempo.
Entre los tratamientos no farmacológicos se encuentran la estimulación y rehabilitación cognitiva, la gestión de los trastornos del lenguaje y la comunicación, la ergoterapia, la kinesiterapia, la actividad física, la ayuda psicológica, la información al enfermo, la ayuda al cuidador, etc..
Generalmente cuando una familia recibe el diagnóstico de Alzheimer de uno de sus integrantes, la dinámica familiar cambia por completo y con mayor o menor implicación del resto de familiares en esta nueva realidad, surge la figura del cuidador principal, sobre quien recaerá la mayor parte de la responsabilidad en el cuidado del enfermo.
Con el paso de los años y el cuidado casi exclusivo de este cuidador hacia su enfermo llegando a renunciar incluso a su propia vida, empieza a aflorar una situación de desbordamiento mental y emocional conocido como el “síndrome del burn out o cuidador quemado”.
La sintomatología de este síndrome es diversa y afecta a todas las áreas de la persona, lo que le genera una frustración que se ha denominado.- CRISIS DEL CUIDADOR/A. El estrés, el cansancio y el agotamiento físico se producen como consecuencia del día a día en los cuidados de la persona dependiente. Con frecuencia, el cuidador/a puede tener la sensación de impotencia y de no tenerlo todo bajo control lo que puede generar el “síndrome del cuidador quemado o burn-out.
En la mayoría de casos ante esta situación desbordante el cuidador suele buscar ayuda externa y recurrir a recursos especializados para personas con Alzheimer.
En nuestro país existe tanto recursos de iniciativa social representados en las asociaciones de familiares de enfermos de alzheimer, como recursos de iniciativa privada entre los que se encuentran centros de día y residencias especializadas.
Llegados a este punto, es importante poner en valor el trabajo realizado en residencias especializadas en Alzheimer entre las que se encuentra la Residencia Montepinar, y en la que a través de un equipo multidisciplinar de profesionales cualificados, la adaptación de sus instalaciones y una completa oferta de actividades de rehabilitación física y cognitiva, promueven el bienestar de estos perfiles de afectados y buscan dignificar la vida de sus residentes en su etapa final.
La Residencia Montepinar dispone de una Unidad específica de Alzheimer desde la que se presta una atención integral para conseguir cubrir las necesidades de los usuarios con este diagnóstico.